viernes, 3 de octubre de 2008

EL PROCESO DE ACEPTACIÓN EN LA FAMILIA

La elaboración del duelo ante la pérdida de
una facultad sensorial por parte de la
familia, constituye un proceso complejo que,
además, requiere de una evolución en el
tiempo, donde influirán una serie de factores
propios de la dinámica individual y del grupo
humano que enfrenta la situación. La
mayoría de los autores coinciden en señalar
idénticas reacciones generadas en los
padres cuando se les comunica el
diagnóstico de un déficit en el desarrollo de su hijo.

Irvin y Cols, citados por Tarrago, (1993) indican el siguiente proceso:

• PRIMER PERÍODO: SHOCK PSICOLÓGICO. Caracterizado por
angustia, trastornos y un fuerte deseo de escape.

• PERÍODO DE NEGACIÓN: No aceptan los diagnósticos, rechazan
la contundente realidad esperando que se trate de equivocaciones
o se aferran a ideas milagrosas.

• PERÍODO DE CÓLERA, ANSIEDAD Y TRISTEZA: Suelen
presentarse sentimientos de culpa y de injusticia. Se caracteriza
por reacciones depresivas que generan sensación de profundo dolor
y angustia ante la vida.

• ESTADO DE EQUILIBRIO: La tristeza, la rabia y la angustia no
desaparecen completamente, pero sí disminuyen y se genera más
confianza en el desempeño como padres de un niño con limitación.
No todos los padres alcanzan este nivel y seguramente nunca en
forma completa.

• ESTADO DE REORGANIZACIÓN: Los padres reorganizan su vida
como pareja y a nivel familiar de manera más duradera. Es importante
recordar que no todos los padres vivencian esta evolución de manera
similar, que cada caso aporta sus particularidades y que muchas
veces la evolución será muy lenta abarcando largos años. Además,
el proceso de aceptación de la limitación visual se facilitará en la
medida en que exista una adecuada relación de pareja y que la
responsabilidad sea compartida, de tal manera que el impacto psicoafectivo
no recaiga exclusivamente en la madre. El padre debe
vincularse activamente en todas las tareas.

En la medida que el padre se halla presente
en un nivel físico, biológico y social puede ayudar
a que la madre se sienta contenida y, con ello,
favorece su función materna. Si bien hemos visto
que la figura del padre es importante desde siempre,
a partir del segundo año el padre aporta un sentido de
realidad y de pluralidad indispensable para el desarrollo..

(Buscaglia, Leo. 1983)

CONSIDERACIONES FINALES
Según Leo Buscaglia (1983), la aceptación de una persona con su
limitación, implica:

1. Que la aceptación de esa limitación no supone la sugerencia de
buscar comparaciones ni explicaciones que señalen la ventaja de
tenerla. Tampoco la resignación ante una fatalidad del destino, implica
el reconocimiento de la limitación y de que es posible aceptarla.

2. La aceptación comienza en el hogar. Exige que el niño con
discapacidad valore sus fortalezas y debilidades, pruebe su realidad
y fije sus limitaciones, asumiendo la insuficiencia y el dolor que
enfrenta. Como no existe una total comprensión de los alcances
ni del carácter permanente de la limitación, los niños encuentran
el modo directo o indirecto de ejecutar aquello que de verdad los
motiva. Es el niño quien finalmente acepta la realidad de lo que es
y de quién es.

3. La familia debe contribuir a la aceptación positiva, alentando la
identificación de las limitantes impuestas por la circunstancia sin
que el niño se sienta disminuido como persona total. Hay que llevarlo
a descubrir y a utilizar sus habilidades, convenciéndolo de que lo
importante no es lo que NO TIENE, sino la plena utilización de lo
que SI TIENE.

4. La verdadera aceptación se alcanza cuando dejamos de generalizar
los efectos de la limitación y comprendemos que la misma no es
toda la persona y que no toda su vida está determinada por esta.
La aceptación llega con una evaluación realista de la discapacidad
y de los valores que se han perdido debido a ella. También surge
la aceptación con el convencimiento de que hay grandes áreas de
la persona que siguen intactas, accesibles y potencialmente
utilizables.
Los niños pueden aprender a vivir con una deficiencia
pero no pueden vivir sin la convicción
de que sus padres los consideran dignos de amor...
si los padres con plena conciencia de la deficiencia de su hijo,
lo aman ahora, pueden creer que los otros lo amarán
en el futuro..

(Winnicott)


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