martes, 30 de septiembre de 2008

DEBERES Y DERECHOS DE LOS PADRES DE FAMILIA


El deber fundamental de los padres de familia de un niño, o joven con
limitación visual, es amarlo y convertirse en asesores de los procesos
psicosociales que éste debe asumir. Pero para brindar apoyo, deben
existir unos conocimientos claros de la situación que se enfrenta, un
manejo adecuado de las connotaciones emocionales que ella implica
y una actitud positiva hacia el aprendizaje que involucra la implementación
de estrategias facilitadoras de esos procesos: cómo contribuir al desarrollo
de una autoestima adecuada, cómo vencer el temor de dejarlo ir solo
a una actividad social, cómo colaborarle con las tareas escolares y la
elaboración del material que requiere para las clases, etc.

A lo largo de este manual nos hemos referido a una serie de
recomendaciones o “deberes” que deben tener en cuenta ustedes,
como padres de familia. Cada área involucra un conjunto de
orientaciones que se consideran pertinentes para contribuir en la
formación personal y familiar. Seguramente a ustedes se les
ocurrirán otras revisiones y disposiciones para promover un
desarrollo psicológico adecuado tanto para su hijo como para la
familia en general, pero recuerde que para ejercer sus deberes ha
de conocer y exigir sus derechos como padres de familia, ya que
éstos son imprescindibles porque aportan las directrices para
vencer el miedo, la ignorancia acerca de lo que viven, la frustración
y el sentimiento de soledad.

Leo Buscaglia en su libro “Los discapacitados y sus padres”, reseña
los derechos básicos de una familia en donde existe un niño con
necesidades especiales, por lo tanto aplicable a nuestra situación:

• El derecho a recibir buena información médica sobre el problema
físico o mental de su hijo.

• El derecho a algún tipo de re-evaluación de su hijo en determinados
periodos, y a una explicación amplia y lúcida de los resultados obtenidos.

• El derecho a recibir información pertinente, útil y especifica sobre
el rol que deben desempeñar para satisfacer las necesidades
especiales, físicas y mentales de su hijo.
• El derecho a recibir información sobre las oportunidades educativas
disponibles para un niño como el suyo y sobre los requisitos que
deben reunir posteriormente para ser admitido en una escuela
formal.

• El derecho a conocer los recursos disponibles de la comunidad,
en forma de ayuda para cubrir las necesidades familiares,
intelectuales, emocionales y financieras.

• El derecho a conocer los servicios de rehabilitación existentes en
la comunidad y los recursos disponibles a través de ellos.

• El derecho a recibir esperanza, seguridad y consideración humana
cuando enfrenta el desafío de criar un niño con necesidades
especiales.

• El derecho a recibir ayuda para descubrir el potencial de su hijo,
en lugar de concentrarse eternamente en las imperfecciones.

• El derecho a disponer de buen material de lectura que les permita
adquirir toda la información pertinente posible.

• El derecho a relacionarse con otros padres que tengan niños
discapacitados.

• El derecho a ejercer sus derechos personales como individuos
únicos y maduros, separados de sus hijos. “(Buscaglia, 1983).

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